La proyección exterior de una Hermandad viene marcada por la consecución de un calendario de actividades lúdico-religiosas que permiten establecer unas manifestaciones de culto externo que van repitiéndose a lo largo del año y que posibilitan que los miembros de esa Hermandad participen en las diferentes actividades organizadas.
Entre estas expresiones son fáciles de adivinar las más multitudinarias y tradicionales como las vinculadas a la Semana Santa, a las peculiares “Carreritas” pileñas o el Corpus. Sin embargo existen otras celebraciones, algunas de las cuales han gozado de menor calado social en nuestra localidad, que mantienen su vigencia debido, principalmente, a la acción conservadora de las Juntas de Gobierno – en este caso de la Hermandad de Belén-, fieles a los requerimientos de sus Reglas.
Entre estas celebraciones destaca sobremanera las que concurren en el mes de febrero, uno de los meses marianos por excelencia, que tiene su fecha de arranque en el día dos y que prolonga su actividad hasta casi mediados de mes. Si bien dentro del calendario religioso cristiano ha quedado registrada como la Fiesta de las Candelarias - también denominada dependiendo el lugar de celebración como Rito del Fuego, Aulagas o Luminarias – la importancia de la que ha gozado siempre en la Hermandad de Belén de Pilas es incuestionable como veremos más adelante, siendo considerada incluso como la fiesta principal de la misma.