Dice Don Antonio Cuevas Catalán, refiriéndose a la Santísima Virgen de Belén que: “Nunca hubo en esta Villa, ni Madre más hermosa, ni tan grande maravilla”. De “maravilla” estoy segura que calificarían los pileños el manto que contemplaron por primera vez en el año 1900 y que luce la Patrona cada Domingo de Resurrección.
Todos sabemos que la elaboración del mismo se debe a las manos de Concepción Manzano y Vargas, pero analizaremos en el presente artículo el contrato manuscrito, nunca publicado, que se firmó en 1899 para llevar a cabo su confección.
Expondremos quienes fueron las personas que intervinieron en el contrato y también las condiciones en las que se realizaría el manto y el pago del mismo.